Desde el Senado, la protección de las instituciones y la soberanía se erige como una tarea fundamental para contrarrestar el serio riesgo de pérdida de la democracia. Como órgano legislativo clave, el Senado tiene la responsabilidad de garantizar que las instituciones democráticas sean respetadas y fortalecidas, y que la soberanía del país se preserve en todo momento. Esto implica el compromiso con la defensa de los principios democráticos, el Estado de derecho y el respeto por la voluntad popular expresada a través de elecciones libres y justas.
El Senado debe ejercer una supervisión efectiva sobre el poder ejecutivo y velar por el equilibrio de poderes, evitando cualquier forma de autoritarismo o abuso de poder. En este contexto, la protección de las instituciones y la soberanía se convierte en una prioridad para asegurar la estabilidad y el funcionamiento adecuado de la democracia en el país.